Avistamos el paisaje del bosque dominado por chachacomos, un árbol nativo que tiene el nombre científico de Escallonia resinosa, a 3400 m de altitud en Omacha, distrito perteneciente a la provincia de Paruro, mientras que al fondo las colinas empiezan a mostrar el paisaje de pastizales típico de las punas altoandinas; este paisaje se extendía antes por los valles interandinos entre 3200 a 3700 m de altitud, y es sólo una muestra de la gran diversidad biológica de nuestro departamento del Cusco.
Entre la llanura amazónica que empieza a extenderse desde el norte del Cusco, en la zona del Bajo Urubamba, localizada a 500 metros de altitud, y la cima de la montaña más alta del Cusco, el Ausangate, a 6384 metros de altitud, se encuentra todo un territorio donde los Andes y la Amazonía confluyen para crear una geografía variada y espectacular, donde los diferentes accidentes geográficos y la gran variación de climas crean el escenario para que las plantas y los animales que tuvieron la casualidad de habitar toda esta región puedan ser sometidos a procesos evolutivos que llevaron a notables adaptaciones, y donde al entrar en interacción con esta geografía, crearon una gran diversidad de ecosistemas notables, todos los cuales constituyen la biodiversidad y la naturaleza del Cusco.
Toda esta naturaleza es representativa de los Andes tropicales y del piedemonte andino, una de las zonas importantes en megadiversidad (un hotspot de biodiversidad) del mundo, y en la cual se encuentra inmerso gran parte del territorio peruano; el Cusco ha sido bendecido por encontrarse totalmente en esta región, dando las condiciones para el desarrollo de una notable flora y fauna que crearon ecosistemas singulares y ricos en biodiversidad, los cuales han sido dados a conocer gracias al trabajo de varios investigadores (en su mayor parte cusqueños nativos, pero también hay notables gentes de otros lugares que se ganaron el derecho a ser cusqueños de corazón), generando un acervo cada vez mayor de conocimientos científicos.
Las poblaciones humanas que empezaron a asentarse en los Andes y la Amazonía desde hace miles de años reconocieron la importancia de esta naturaleza, y a lo largo de un proceso de adaptación biológica y social y de aprendizaje extenso, no falto de contratiempos, llegaron a aprovechar la biodiversidad existente en nuestra región, realizando logros notables no sólo en la domesticación de plantas y animales, sino también en el manejo sofisticado de ecosistemas, llegando a domesticar paisajes donde integraban elementos silvestres y domésticos, creando la base para las civilizaciones que se desarrollaron en el Cusco.
Aunque hasta mediados del siglo pasado gran parte de esta naturaleza se mantenía con relativamente poco impacto, el nivel de desarrollo actual ha llevado a la pérdida de muchos de estos ecosistemas y al desplazamiento y extinción de la flora y fauna, lo cual no sólo significa un atentado contra el derecho de estas especies a existir, sino que también ha significado la degradación del bienestar y los medios de vida para las poblaciones que dependen de esta biodiversidad, sea en forma directa o indirecta, y que abarca desde problemas en la productividad agraria hasta la pérdida de las tradiciones culturales asociadas con la flora, fauna y ecosistemas.
La meta de este trabajo es mostrar para todos la importancia y singularidad de toda nuestra diversidad biológica, especialmente la silvestre, la cual constituye motivo de orgullo para los cusqueños, y además indicar la necesidad de conservar esta naturaleza para el disfrute y bienestar de nosotros ahora y en el futuro.